Peregrinación al Santo Cristo: un reto espiritual y mental más que físico  

Jonathan Gómez – jonathanosaru@gmail.com

Son cientos de personas las que año tras año deciden emprender una odisea contra el físico y las fuerzas de la naturaleza, sin más que su voluntad y algunos pocos atavíos propicios para dicha gesta. La peregrinación al templo del “Santo Cristo de La grita” es una tradición que se encuentra fuertemente arraigada en las costumbres del pueblo tachirense.

Muchos realizan este viaje por motivaciones estrictamente religiosas y empujados por su profunda fe en el patrono del estado Táchira y como forma de pago de promesas realizadas al mismo. Por muchos años los creyentes han tomado las carreteras del páramo para llegar hasta la excelsa población de La Grita, provenientes de los más diversos rincones del estado –e incluso en ocasiones de afuera del mismo-, siendo la ruta más tradicional la que comprende el trayecto que inicia en la ciudad de la cordialidad y cruza el páramo.

La Caminata por lo general se realiza en los días previos al día central de las celebraciones patronales, el 6 de agosto de cada año. Son muchas las agrupaciones que se encargan de organizar y colaborar en la realización de la misma, así como también participan las fuerzas vivas del estado para garantizar la seguridad y bienestar de los peregrinos.

Cada peregrino se prepara a su placer para la misma, ya que la travesía comprende por lo general una caminata de más de 80 km en una sola jornada –ni los peregrinos de Compostela, ni los atletas del maratón de las arenas en el Sahara afrontan etapas tan largas-, con la siempre presente posibilidad de lluvias intensas y heladas repentinas en los altos del Páramo del Zumbador, así como también las vistas maravillosas de los cielos estrellados cuando el clima lo permite, o los amaneceres plateados en las vías de la carretera, las duras y extenuantes escaladas o descensos por las diversas “trochas” que se han preparado a lo largo de los años para acortar el camino.

Sea como quiera que el peregrino se haya preparado para la larga marcha durante las 12 a 14 horas que promedian los más veloces de ellos, es más un reto mental y espiritual que un reto físico. Siendo la voluntad y la fe el principal combustible para completar la trabajosa travesía que se ve recompensada con la llegada al templo y la vista de la imagen milagrosa del Cristo de la Grita y la satisfacción de haberla realizado, y seas o no creyente, la energía del lugar te va a sobrecoger e inundar de ánimo.

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Rosales en la vía del páramo
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Basílica del Espíritu Santo 

 

Los administradores de esta página hemos sido participes de esta tradición por más de 4 años, participando en ella a pie y en bicicleta. Les invitamos a celebrar la tradición del pueblo tachirense y visitar la población de La Grita y al “Cristo del rostro sereno”.